miércoles, 25 de octubre de 2017

Renuncio.

Locos que decíais
nunca jamás
rápido
repetidlo
Samuel Beckett

Renuncio.

Renuncio a la vida cómoda,
al beso de buenas noches,
al madrugar cada día.
Renuncio a la pensión que de todos modos no me llegará,
a los años trabajados de mis abuelos.
Renuncio al día a día,
a la compra a plazos,
a la hipoteca de una vida que no quiero vivir.
Renuncio al conformismo,
a no llorar en los bancos de la calle,
a no morir de risa en los baños de bares.
Renuncio a la mentira fácil,
al pasar sin hacer ruido ante lo importante,
renuncio a fingir que algo me importa.
Renuncio a la gente, a las personas.
Digo "no" a decir: "sí, vale, vamos",
a seguir al precipicio a quien está convencido.
Renuncio, de hecho, a la seguridad
a la falta de dudas
a caminar muy recto por un pasillo que otros imaginaron.

Renuncio.

Renuncio.

No sé qué busco, ignoro qué aceptaré,
pero renuncio,

      porque en realidad no me queda más remedio:
      porque no puedo escapar de la locura,
      de valorar el suicidio varias veces al día,
      de crear como si así se cumpliera mi vacío.

Renuncio
y porque renuncio tengo miedo de mi miedo,
de huir de lo malo conocido
y morir en el intento.

Renuncio y digo: "nunca jamás",
estoy loca: "nunca jamás",
sigue adelante: "nunca jamás",
no te rindas: "nunca jamás",
quieta: "nunca jamás".
Renuncio: "nunca jamás".

sábado, 14 de octubre de 2017

Octava italiana y romántica.

"Lo atroz es no querer saber quién eres
agua pasada, tierra quemada
que de igual esperarte o que me esperes..."
Agua pasada - Joaquín Sabina




Lo peor del amor cuando se acaba
es la pasividad de la normalidad fallida
la resignación del camino solo de ida
la falta sorda de la egoísta cotidianidad:
es el frío de la ausencia en las manos. 
Sucede que dormí sola extrañando tu ronquido, 
que lo más doloroso de esta broma del destino
es saber que todo funciona roto pero sin maldad. 


martes, 10 de octubre de 2017

Quiebro.

Yo quería escribir un soneto.
Quería ver lo hermoso del mundo
y contarlo en todas las artes
a todos los cuerpos que escuchan.

He mirado un futuro brillante,
una luna azul
junto a un sol amarillo sobre los tejados.

Soñé la incertidumbre
y la enfrenté:
cuando me faltaron las fuerzas
mantuve las ganas.

Tuve las posibilidades a mi alcance,
los caminos sin asfaltar esperándome.
He deseado crear lo bello
mas la destrucción me salió al paso.

Me he quebrado
y no hay un suelo de certezas del que recoger mis trozos.

Estoy perdida
entre todo lo que no puedo decir
y lo que no quiero escucharme.

No sobreviví al tercer día
y no conseguiré hacerlo ahora
sola
sin más corazón que aquel destrozo oxidado
sin más palabras que esas en las que no creo
sin más aliento que este llanto intoxicado.

Yo,
que he confiado en el mañana,
hoy únicamente pido que cuando me llegue la muerte
no duela mucho a los míos,
y que no tarde.