domingo, 29 de junio de 2014

4:55 - 5:10 am

A veces llego a casa
con las suelas gastadas
o la batería gastada
o la mirada gastada.

Una casa que no es la mía
aunque está en la misma ciudad
en la misma calle
en el mismo piso.

Dentro vive gente que parece mi familia
pero mis padres solo son personas
mis hermanos solo son personas
mi perro solo es un perro.

Los sentidos me engañan y dicen que es real
aunque el olor es más pesado
el ambiente más pesado
y los problemas más pesados.

Será la nostalgia
la rutina
o el cansancio
(pero un día la idealicé
y)

ya nunca llego a casa.

sábado, 28 de junio de 2014

Quizás porque todo lo que toco se rompe...

... y a mí siempre me gustó acariciarme. 


No me quito las zapatillas por si tengo que salir corriendo. Correr  y viajar  serían los verbos perfectos para convertir en hecho las ansias de huir. Para cuando morir  suena mal a oídos que lo escuchan de mis labios.

No contesta el estómago a las sacudidas. No hay hambre si todo es trampa y es cartón cuando acabo masticando de nuevo sangre con sabor a "esta vez te tragaste mucho tiempo la mentira". El juego de luces frente a mi escenario me convierte en la cuarta pared sin que recordara que somos teatro.

No hay llamada de socorro ni respuesta de atención después de un "yo no tengo la culpa de toda esta mierda". Tampoco hay fondo ni cielo alrededor de este mar de basura en que siempre nada mi vida. Ni ratas ni carne ni comida, solo yo regurgitando mis entrañas sin descanso.

No puedo dejar de quejarme del asco que me da llorar cuando toda va bien de pestañas y dientes para fuera. Hay tanta gente en la calle que solo escucharlos me agobia y si abro la ventana hay suficiente miedo para detener sus corazones.


Y así poder
seguir tocándolo
y rompiéndolo
todo.

domingo, 22 de junio de 2014

Rima asonante en impares con sabor a te echo de menos.

Me late el corazón más fuerte de lo debido
como mil tambores de un millón de galeras,
abordándome siempre que te miro
convirtiéndome en reo de esta maldita distancia.

Me duele el calor y el frío cuando duermo,
la áspera ausencia de tu suavidad a mi lado,
la incompetencia del verano 30º y yo tiemblo
intentando conciliar el sueño con soñar despiertos.

Me vuela el pensamiento tan deprisa,
que no queda luna, abril, cerezo o golondrina,
que al imaginar nuestra piel mezclada y mestiza
no parezca una idiota metáfora obsoleta.

domingo, 1 de junio de 2014

'No saben que están muertos'. Y yo no sé ser feliz.

Ya dejemos de fingir. Olvidemos un rato que todo está bien cuando todo está bien pero algo va mal.

Quiero contar que reconozco el fallo. Que sé quién es el fallo.
Quién no sabe reconocer su mundo, mientras se lleva las manos a la tripa intentando evitar las nauseas de asco. Como si por ser producto humano puedan ser evitadas. Curadas. Eliminadas y amputadas.

No puede combatir contra el miedo. (No puedo). El descontrol de tenerlo bajo control hasta que llega el laberinto. Y le parece un abismo. Y de repente es el minotauro y tampoco puede luchar contra nada.
Porque sabe que va a perder.

Quizá no hay solución a esta opresión, a este peso de la nada. Cuando todo va mal. Aunque vaya bien.

Ni siquiera se puede explicar el horror. No comprende la incertidumbre, la mía, la vuestra. Aunque no lo sepáis aun.


En el fondo creo que la tristeza está aquí. Se esconde mal porque es muy grande, muy fuerte y muy vaga, Porque se aburre de jugar sola.
Y duerme en mi cama pasando calor, dándome frío. Aunque ya hacía frío porque todo va bien siempre.

Porque algo va mal aquí dentro. Aquí en la superficie y más profundo.Algo va mal en todo lo que me cubre la piel.


En realidad, tal vez, como dicen en esa película: "no sabemos que estamos muertos". Y yo a veces me rindo.